En anteriores artículos hemos visto que la música tiene mucho que ver con nuestros sentidos, sobre todo con el oído, la vista, y el tacto. Pero, ¿sabias que la música también influye en el sentido del gusto?. Es decir, puede cambiarnos la percepción del sabor de un alimento en función de la música que estemos escuchando.
Esto trata de demostrar el investigador Manuel Calero, con un reciente estudio que se está realizando en la Universidad Politécnica de Valencia, en el que trata de encontrar la relación entre un vino «oloroso» blanco de Jerez y cuatro diferentes palos (estilos) del flamenco.
Para dicho estudio ha realizado una serie de catas a ciegas (con música de distintos estilos, o sin música), primero con profesionales de la música y sumillers, y posteriormente con voluntarios sin formación enológica, analizando el ritmo cardíaco y la actividad neuronal.
Ambos grupos coincidían en que el sabor del vino era más intenso cuando escuchaban flamenco con ritmo más pausado.
Dicho estudio apunta pues resultados interesantes para tratar de descifrar de qué forma el cerebro crea el sentido del gusto, es decir cómo el cerebro recoge la información que proviene de los sentidos para que, junto a nuestra memoria y las experiencias previas, se pueda generar el mencionado sentido del gusto.
De igual forma, un estudio realizado en la Universidad de Bruselas, en este caso utilizando cerveza, junto con música pop, ha verificado que la música influye claramente en la percepción del sabor. En este caso, les sirvieron cerveza utilizando distintos tipos de música, a distinto volumen. La respuesta de los participantes fue que apreciaban mejor el sabor de la cerveza a un volumen la música a un nivel más bajo mientras que a un volumen muy alto hacía que la percepción del sabor de la cerveza bajase. Ademas, les sirvieron la misma cerveza, pero en distintos envases (botella con una etiqueta acorde al tipo de música, botella sin etiqueta, y en vaso de plástico).
La respuesta fue que valoraban más el sabor de la cerveza que estaba embotellada con etiqueta.
Todo esto sugiere que los distintos tipos de información multisensorial: los sonidos, las sensaciones, las formas o los colores, puedan influir en la forma en que percibimos el sabor. Por todo esto se ha creado una nueva vertiente en el mundo de la investigación denomidada Neurogastronomía, cuyos estudios pueden ayudar a mejorar la experiencia en la degustación, y a desarrollar nuevas acciones dentro del mundo del marketing que permitan una mejor penetración de un producto en el mercado.
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