La música es universal. Y eso significa que es un arte que es capaz de generar emociones, estados de ánimo o generar recuerdos en todos los seres vivos. En multitud de ocasiones nos hemos referido en este blog a los efectos que la música produce en las personas y sobre todo, como utilizarla para su beneficio; a nivel psicológico, de salud, etc… Pero lo que mucha gente ignora es que hay una disciplina que se ocupa de estudiar los efectos de la música en los animales, la zoomusicología.
Los estudios en este campo comenzaron en 1941, y lo hicieron como se realizan con los humanos; analizando las conexiones entre sonidos y música en los aspectos culturales y sociales en las personas.
En el mundo animal, la música forma parte del lenguaje mismo de muchas especies; el canto de los pájaros y ballenas. ¿Sabias que hay variaciones regionales en los cantos de estos animales? Dependiendo de la zona de origen, emiten unos cantos o sonidos diferentes. Algo así como los diferentes idiomas o incluso acentos den el ser humano. Sencillamente increíble.
En 1909, el diario New York Times, publicó un artículo titulado “Los efectos de la música en los Animales del Zoo”, en el que se hablaba sobre los efectos de la música en todo tipo de especies del Zoológico del Bronx, nombrando reptiles, primates, aves, elefantes y leones. El estudio partía de la pregunta ¿Pueden los animales apreciar la música cómo lo hacemos los humanos? Éste demostró que los orangutanes respondían con un claro agrado a piezas de Caruso y que además eran capaces de mover su cuerpo siguiendo los compases al ritmo de un swing.En otros animales como en camellos, también parecía haber una sensación de agrado, los animales estiraban su cuello y se acercaban a la fuente del sonido. Por otra parte, caninos como coyotes y lobos se mostraban asustados e intranquilos ante las mismas reproducciones. Hoy, más de 100 años más tarde, la pregunta continúa presente y ha sido el centro de muchas investigaciones.
Es curioso también, como la naturaleza es capaz por sí misma de crear sonidos agradables, tanto para humanos como para animales y en cuanto a esto, un dato muy interesante es que por ejemplo Mozart compuso su Concierto para Piano en Sol Mayor inspirándose en el canto de su pájaro estornino.
Por último, cabe destacar un experimento que se realizó con monos (científicamente cercanos a los humanos), en el que se compuso una música basada en los sonidos que emitían para alertar a los suyos de un peligro inminente. Es curioso cómo los monos seleccionados para el estudio, respondían a estas composiciones de la misma manera que lo hacen en la naturaleza para anunciar peligro a sus comunidades.
Definitivamente, la música es universal. Estamos rodeados de música; tanto creada por el hombre, como emitida por la misma naturaleza. Todo es música y de ello somos conscientes en Motiva, utilizándola para animar las compras y ambientar espacios. ¡Viva la música!