Seguro que en alguna ocasión has escuchado esta expresión tan popular: la música amansa a las fieras. Y es que el efecto que la música adecuada produce tanto en animales y humanos, de calma y tranquilidad, es bien conocido hoy día. Pero… ¿conocían nuestros antepasados la importancia de la música en los estados de ánimo?
Desgraciadamente no disponemos de datos 100% veraces para conocer qué música se componía e interpretaba en el Egipto de los faraones, por poner un ejemplo. Aunque algunos historiadores y músicos han realizado un acercamiento fiable a algunos sonidos y ritmos que podrían haberse interpretado en la antigüedad gracias al descubrimiento de algunos instrumentos musicales en labores de arqueología. Por ejemplo, sabemos que los instrumentos de percusión eran importantes en los cultos religiosos egipcios. El sistro, considerado el abuelo de la pandereta, era utilizado en los ritos religiosos relacionados con una de las divinidades más antiguas de la humanidad: la diosa gata Bast. Aunque el sistro también era utilizado en ritos dedicados a Isis y Hathor. Innumerables jeroglíficos representan a estas divinidades con sistros en sus manos.
Otra forma de intentar comprender las costumbres musicales en la antigüedad es gracias a la mitología. Y es que precisamente, la famosa frase la música amansa a las fieras, tiene como origen el mito griego de Orfeo y Eurídice.
Orfeo era un músico maravilloso. Se decía que su talento sólo era comparable al de los Dioses del Olimpo. La lira era su instrumento, y cada vez que interpretaba una bella canción con él, todo el mundo caía rendido a sus pies, tal era su poder de seducción.
Orfeo se enamoró de Eurídice, una preciosa ninfa que cayó rendida a sus encantos musicales. Su matrimonio fue perfecto, hasta que durante un paseo, Eurídice conoció a Aristeo, un humilde pastor. Éste se enamoró de la belleza de la ninfa y comenzó a perseguirla para conseguir su amor. Eurídice en su huida pisó una serpiente que mordió su tobillo provocándole la muerte de forma inmediata.
Orfeo cayó en la depresión y tristeza más profunda. Nada podía aliviar tan horrible pena. Y fue tal su obsesión de no perder a su amada, que se aventuró a bajar al mundo de los muertos para intentar sacar a Eurídice del sueño eterno.
Acompañado de su inseparable lira, Orfeo descendió al inframundo, cuya puerta era custodiada por el perro Cerbero, que al escuchar la lira de Orfeo, se durmió, permitiendo pasar así a Orfeo al mundo de los muertos. Gracias al sonido de su lira, Orfeo se fue adentrando más y más en el inframundo, hasta llegar ante Perséfone, la diosa del inframundo. Ésta, emocionada por la música y valor de Orfeo, prometió al músico que podría volver con Eurídice a la superficie y volver a vivir felices, bajo la condición de realizar el camino de vuelta delante de su esposa y sin volver la vista atrás hasta llegar al mundo de los vivos.
Pero las dudas asaltaron a Orfeo en su camino de regreso. ¿Y si la diosa del inframundo le había engañado? ¿Y si su amada no caminaba detrás de él? Orfeo no pudo resistir la incertidumbre y miró hacia atrás… y pudo comprobar cómo la figura de su amada se desvanecía para siempre.
Al llegar a la superficie, la pena de Orfeo fue tal, que se alejó para siempre de los hombres y tocó la lira hasta su muerte…
Como se puede comprobar gracias a los mitos antiguos, la música ha sido de vital importancia para nosotros. Hoy conocemos de sobra su importancia y su capacidad para alterar nuestros estados de ánimo y provocar en nosotros toda clase de emociones. En Motiva lo sabemos y trabajamos para ofrecer un hilo musical de calidad, que sea capaz de animar tus compras, calmar tu ánimo en la consulta del dentista o sencillamente, alegrarte el día.