El hotel es un espacio muy particular. Es el lugar que va a ser nuestra casa durante unas vacaciones, nos da cobijo en viajes de negocios o durante una escapada corta de fin de semana.
Ya hablamos en su momento de la importancia de la música en las diferentes zonas de un hotel para conseguir diferenciar espacios y hacer que tengan su propia personalidad. Conseguir que los clientes se sientan lo más a gusto posible y disfruten al máximo de la experiencia que queremos ofrecerles. Y es que tan importante es la decoración, el mobiliario o la atención, como el ambiente sonoro que reina en un espacio. Si todo ese conjunto es armónico, vamos a conseguir que las personas que se mueven en esos espacios estén felices y solo deseen volver.
En Motiva logramos eso gracias a un trabajo previo que comienza con el estudio basado en las necesidades que cada hotel nos plantea para cada zona. Visionamos cada una de ellas de forma independiente. Dejamos que cada zona nos hable y nos sugiera. Y es que algunos hoteles tienen muy claro qué quieren conseguir en cada rincón, pero otros prefieren que seamos nosotros los que diseñemos desde cero la ambientación de cada espacio.
Nuestro equipo de musicólogos se pone a trabajar. En primer lugar, a escuchar y valorar estilos. Cerrando los ojos e imaginando ser esa persona que cruza la puerta del hotel por primera vez. ¿Qué queremos transmitirle nada más entrar el hotel? Esto es muy importante de cara a diseñar la ambientación de cada zona. No es lo mismo ambientar una recepción, donde los clientes pueden llegar estresados del viaje, cansados por el peso de las maletas y la desorientación de encontrarse en un lugar desconocido, que ambientar la zona de restaurante cuando los huéspedes llevan horas en el lugar.
Una vez tenemos claro qué estilos queremos incluir en cada zona, nos ponemos manos a la obra para seleccionar las canciones que formarán parte del hilo musical.
Un proceso apasionante de arqueología sonora, donde buscamos los temas adecuados en nuestros archivos. Estas canciones irán creciendo en número con el paso del tiempo gracias a las actualizaciones periódicas, consiguiendo así un equilibrio entre calidad y cantidad, evitando así repeticiones constantes en el repertorio.
Y, como queremos que la gestión del hilo musical no sea una problemática para nuestros clientes, si en algún momento alguna zona necesita quedarse en silencio (como por ejemplo al llegar la noche) programamos el fin de la emisión a la hora que se indique y dejamos un silencio absoluto en el canal . ¡No tienes que preocuparte de apagar el equipo!
Pero, ¿Cómo conseguimos ambientar cada zona del hotel con música distinta?
En Motiva el arte musical y el técnico van de la mano. En cada espacio a sonorizar se instala un equipo de reproducción de hilo musical, que ya viene preparado y configurado para que la instalación sea cosa de niños; conectar a la red, al amplificador de sonido y empezar a sonar la música adecuada para cada zona. Además las posibilidades son infinitas, ya que podemos emitir estilos diferentes por franjas horarias.
¿Necesitas que la música por la mañana sea más tranquila? ¿Qué al llegar la tarde se anime? ¿Prefieres pop de 9 a 11 y chill out de 11 a 18? ¡No te preocupes! Lo hacemos realidad sin que tengas que preocuparte de estar pendiente para cambiar de canal.
Y esto es solo un resumen de lo que Motiva hace por ti y por tu hotel. El equipo comercial, técnico, de contenidos o administración está siempre preparado para atender tus necesidades. El hilo musical es un elemento vivo y en continua evolución. Somos conscientes de que los objetivos y necesidades pueden variar con el tiempo, por lo que todo está coordinado para atender solicitudes técnicas de cambios en el estilo musical o franjas horarias de emisión, si surge un problema técnico o se necesita ambientar una zona nueva.
La ambientación del hotel es un proceso que incluso puede comenzar desde la atención telefónica, donde la música de espera o corporativa también es muy importante de cara a los clientes, hasta que llegan por primera vez a la recepción.
Y es que un hotel es un mundo de posibilidades. ¡Pregúntanos!