El ser humano siempre ha tenido la curiosidad y el afán de explorar más allá del conocimiento y de los límites e impedimentos que ha encontrado a su paso.
Ejemplos como Cristóbal Colón, que por el año 1492 emprendió un viaje que cambiaría para siempre la historia de la Humanidad, en su intento de encontrar una ruta más corta hacia las Indias cruzando el Atlántico (cuando la mayoría de los acérrimos creyentes pensaban que se adentraría en un abismo al pensar que la tierra era plana), con el descubrimiento por “accidente” del continente americano.
Ya en la edad moderna, la inquietud por volar llevo a los Hermanos Wright a conseguir el primer vuelo a motor del ser humano a través de la invención del aeroplano.
En este interés por superar los límites de lo conocido, el hombre ha intentado desde hace cientos de años saber si se encuentra solo dentro de este gran universo, utilizando todos los medios que han estado a su alcance. Desde la construcción de grandes telescopios para observar más allá de esta galaxia, al envío de sondas no tripuladas para navegar por los límites de la vía láctea, o el escuchar los sonidos que el Universo nos pueda llegar a transmitir (a la espera de encontrar algún vestigio de vida).
Uno de los proyectos que ha llevado a cabo la NASA ha sido el enviar mensajes a través del espacio, con la esperanza de ser oídos por otros seres que puedan cohabitar con nosotros en el Universo.
Por ello, en el año 1977 decidieron enviar al espacio un álbum con dos discos que incluían sonidos y música de nuestro planeta.
La música y sonidos que incluía estos discos eran muy variados. Desde la palabra “hola” en 55 idiomas hasta música tradicional de países la mayoría de las culturas del planeta. También incluía música clásica de artistas celebres como Mozart, Bach o Beethoven, o algún clásico de la música rock de la época, como “Johnny B Goode” de Chuck Berry, entre muchos otros. Además, contaba con una selección de sonidos de la Tierra como el ruido emitido por los trenes, llantos de bebé, ballenas, señales en código morse o el sonido de la lluvia.
También se incluyeron fotografías de las diferentes formas de vida de la Tierra y de la sociedad. La intención era transmitir la historia de la vida humana.
El álbum original continúa flotando en el espacio y se deberían encontrar en perfectas condiciones, ya que fue realizado con cobre y cubierto con oro para protegerlo de temperaturas extremas y radiación.
Recientemente se ha decidido comercializar este álbum, para ser partícipes de esta “capsula del tiempo” espacial.
Si el disco se hubiese lanzado en el nuevo milenio, seguramente habría incluido grandes éxitos de artistas de tan prestigiosos y consagrados del panorama internacional como Madonna, Michael Jackson, U2, Coldplay, o Bruno Mars, o de artistas españoles como Alejandro Sanz, Luz Casal, Maldita Nerea, David Bisbal, o Amaral.
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