“Esta noche es nochebuena y mañana navidad” dice el célebre villancico. A pocos días de esta fiesta tan esperada, viene a nuestra cabeza pensar, el por qué se le llama Nochebuena, al día previo a la Navidad (que bien es sabido quiere decir Natividad, por el nacimiento de Jesús).
Curiosamente debe su origen a la flor de Pascua, llamada Nochebueno. Procedente de México, la flor verde y roja adornó por primera vez la Navidad en la época colonial, cuando los franciscanos europeos la colocaron en un pesebre en Taxco.
Posteriormente, la flor extendió su fama desde 1823, cuando el Embajador de Estados Unidos en México, J.R. Poinsett, vio uno de estos pesebres en Guerrero. De ahí se vino a llamar la noche previa a la Navidad como Nochebuena.
La celebración de esta festividad varia bastante en función del lugar del lugar geográfico que la situemos.
En España es una fiesta que se vive en familia y los más pequeños la viven con gran ilusión a la espera de Papá Noel y los regalos. En la cena no suele faltar el pavo, el pollo o el caldito típico para calentar el cuerpo, además de los postres típicos acompañados de una buena sidra y mantecados, y de cantar villancicos tradicionales tirando de pandereta y zambomba (que para eso la sidra acompaña).
En Estados Unidos tienen como tradición la llegada de Santa Claus (tradición ya extendida por la mayor parte del planeta), además de servirse de cena el habitual pavo de Navidad, y los niños suelen ir por las calles cantando canciones típicas navideñas (un clásico es el tradicional Jingle Bells).
Resulta curioso ver que el origen de Santa Claus, o San Nicolás no proceda de los Estados Unidos, como podría pensar la mayoría de la gente. Tiene su origen en Nicolás de Bari, hijo de familia acomoda de Turquía, que tras una plaga de la peste, y el fallecimiento de sus padres allá por el año 295 d.c., dió todas las posesiones a la gente necesitada, y se ordenado sacerdote, dedicando toda su vida a ayudar a los necesitados, centrándose principalmente en los niños, a los que entregaba regalos.
En Alemania, se decantan por unos ricos muñecos de jengibre, en lugar de los habituales mantecados y polvorones. Los más pequeños escriben su carta cada año a Christkind, una figura alada que reparte los regalos durante la Nochebuena. Algunas tradiciones y leyendas apuntan a que este personaje es un ángel mensajero del niño Jesús. Hasta que no suene un campanita, colocada detrás de una puerta, los regalos no estarán bajo el árbol, y no podrán abrirlos hasta cantar el tradicional villancico ‘Noche de Paz’, en alemán ‘Stille Nacht, heilige Nacht’.
En Austria, destaca dentro de la decoración navideña la popular corona de cuatro velas que se coloca cuatro semanas antes del 24 de diciembre y se va encendiendo una cada semana. Y los regalos, no los trae Papa Noel, si no que se encarga de ello un niño rechoncho de cabellos rubios y rizados, a modo de Niño Jesús que entrega los regalos a los niños que se han portado bien.
En Australia, desde 1937 es tradición cantar villancicos a la luz de las velas. En los días que preceden al 25 de diciembre, muchas familias aprovechan para acudir al concierto «Carols by Candlelight» (Villancicos a la luz de la vela), un acontecimiento multitudinario que se celebra en parques y estadios deportivos de toda Australia. En muchos hogares australianos Santa Claus deja tablas de surf por Navidad, y algunos optan por celebrar la Navidad en las playas.
Sea cual sea la forma en la que celebres tu Nochebuena, hazlo acompañado con los tuyos, y con la mejor música navideña.
Desde Grupo Motiva te deseamos una feliz Nochebuena.
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